VENDEDORES DE CABALLAS

TUSITALADECAI
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Hacía tiempo que no paseaba por El Barrio de la Viña, donde me crié hasta que me case. Como suele pasar motivos laborales obligaron a trasladarme y muy a mi pesar, abandonar «el Barrio». Yo no se lo que me deparará el destino, pero mi mayor ilusión es poder volver a vivir en Cádiz y si no es posible, que cuando llegue a visitarme «la Parca», mis cenizas descansen en sus aguas.

Me pasa una cosa, cuando voy a Cádiz, por una parte siento una gran alegría, pasear por sus calles, encontrarte con la gente que formó parte de mi vida de una forma u otra…para acabar siempre con una profunda tristeza.

Como decía al principio, paseando por la viña, acabe tomándome una cerveza en «El Faro». El mejor restaurante de Cádiz, por obra y gracia de Gonzalo Córdoba. Recordando cuando una noche con una niebla impresionante, cuatro amigos estábamos en una de las «casapuertas» de la calle San Félix, charlando y fumando y llegó una furgoneta de «la Rosa de Oro» con una canasta de mimbre, repleta de pan recién hecho que olía a gloria. Ya se pueden imaginar lo siguiente.
En esas estaba con mi cervecita y media sonrisa, recordando el final de la historia (que ya contaré otro día), cuando se me fue la vista a la foto ampliada en celuloide que desde hace muchísimos años adorna la barra de «El Faro». En ella se ve a dos vendedores de caballas caleteras pregonando su mercancía esta vez en el barrio de Santa María, concretamente en el «arco de los Blanco», Resto de una antigua Puerta Romana a la ciudad.

Como uno ya tiene sus años, les conocí siendo un crío, allá por finales de la década de los 60 o principio de los 70. De esa época es esta magnifica foto, en la que aparecen, Camilo (el de la camisa blanca) y Fossati, que así se llamaban. Recuerdo que mi madre sólo las compraba a ellos, pues tenían fama de vender las mejores y mas frescas caballas

En verano todas la tardes, los chavales del barrio acudíamos a «La Caleta» a esperar que llegaran los pescadores, ayudándo a la descarga y acarrear las cajas de caballas desde el «club caleta» a la calle Pericón de Cádiz, que así se llama ahora la calle donde en se procedía a la subasta que se celebraba en el Bar «Casa Orozco», regentado por Enrique Orozco. Con eso nos ganabamos algun dinerito para ir a ver una película al Cine Caleta. Por aquellos días, no era extraño ver a los principales artistas del momento por el barrio, paseando después de su actuación en el «Cortijo de los Rosales» degustando un frito gaditano en el local de Gonzalo o a Serrat comiéndose una caballita con piriñaca, al fresquito en la azotea de Casa Orozco. En gran parte todo ello gracias a esos pescadores que sin GPS ni historias, en una barca, se adentraban en el mar, a dos horas de la costa, solo orientándose con el sol y «las marcas» para localizar «los pesqueros», que cada pescador guardaba celosamente, pasándoselas de padres a hijos. Todo un arte que solo se aprende con muchos años de experiencia.

Hoy en día todo eso ha desaparecido, los barcos van equipados con sondas GPS y todo tipo de artes de pesca. La pesca «a palillo» casi no se usa y aquellos pescadores: El Crema, Nemo, Angelillo, Antonio Sevilla… tampoco están para contarnos sus historias con las que los chavales nos quedábamos embobados. Quedan para el recuerdo coplas como esta:

Hoy no hay viento de levante,
ya salen las barquillitas,
velas desplegadas al viento
rumbo a barlovento van por caballitas.
Salen a rayar el alba
y en el lejano horizonte
se ven a sus marineros,
viejos caleteros tostaos como el bronce.
El faro apaga sus luces
la barca se va alejando
la proa rompe las olas
y es una bata de cola
la estela que va dejando.
Cuando el sol se está poniendo
regresan esas barricas
dura ha sido la faena
las espuertas vienen llenas
de sabrosas caballitas.
En las calles gaditanas
se escuchará este pregón
como copla callejera
son muy frescas son pa echarlas
ay, hay caba… hay caballas caleteras.

Comments (5)

  • Cada vez que leo alguno de tus relatos no puedo dejar de acordarme de Larra. Al igual que tú estilo, costumbrista y con un marcado carácter romántico, has sabido transmitir sentimientos que es imposible entender si no ser han vivido.

    Es un mérito saber escribir, pero saber transmitir es un don. Y tú sin duda lo tienes.

  • Enhorabuena por tu BLOG, he entrado por casualidad y después de pasármelo en grande y leerlo casi todo. Te animo a que publiques algunos. Por ejemplo el de «Cati» o el de «cayetano».
    He leido el de «cosas y casos de cadiz» y demuestras un ingenio sobresaliente. ¡¡¡POR FAVOR TERMINALALO ¡¡¡, estoy impaciente por saber como sigue la trama eres un fenómeno

    A. Salas

  • Con fideos, con piriñaca, confitada, en escabeche, metidita en adobo… y enterrada. Que wena está una caballa y si te la come en cañamaque mejor!!!!

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