Recuerdo perfectamente el día que te conocí. Primavera del 78. ¡No ha caido ná desde entonces! Partido de futbol en el patio del ya desaparecido colegio Valcarcel. Pelota que cae a la calle y yo encaramado a la tapia esperando que pasara alguien para que me la echase. De pronto lo que en un principio era un coñazo, se convirtió en una bendición. A lo lejos. Muuuy lejos (en aquella época veía), divisaba una «piva» que si no se torcía la cosa, pasaría justo donde estaba el balón. Eso, si dos internos de Villamartin que venían en dirección contraria no llegaban antes.
En milésimas de segundo y tras realizar unos complejísimos cálculos utilizando variables tales como trayectoria, velocidad, distancia, tipo de calzado (ella tacones, ellos tenis del piojito), caquitas de perros a sortear, dirección del viento y otras variables que omito, pues es por todos conocido que dicha proeza matemática solo es realizable y entendible, cuando se tienen 15 años y bajo unas determinadas circunstancias.
¿Quién no ha oído historias a los que la Ciencia busca una explicación? Personas que en situaciones límite, llevados por el pánico han realizado proezas tales como escalar una valla de 5 metros y no recordar absolutamente nada o cosas así. Pues lo mismo. Sólo es cuestión de estar motivado..
Con los curas, jamás fui capaz de resolver el típico problema de los dos trenes. Faltaba motivación…¡ Qué coño le importa a un chaval de 15 años conocer el punto y la hora que se encontrarían los dichosos trenes! Seguramente nunca, teniendo en cuenta la mierda de servicio que daba Renfe hace 30 años
La cosa cambia cuando uno de «los trenes» es una rubia guapísima. Entonces todas las Neuronas se ponen a una e inmediatamente con alivio compruebas que ella llegará antes.
A pesar de los años transcurridos, recuerdo como fue el encuentro: Eras (y sigues siendo) una rubia guapísima de ojos azules, con un pantalón vaquero amarillo con flores grandes.
Como estaba previsto me pasaste el balón. Nuestra conversación se limitó a darle las gracias y a decirte
– Rubia, dime adiós, ¿no?
un casi inaudible – Adiós, a la vez que te ponías
roja como un tomate.
Es verdad eso de que “el mundo es un pañuelo.” años después esa rubia guapísima de ojos azules se convirtió en mi cuñada pues resultó ser hermana de mi novia.
Dicen que es de mal gusto hablar de la edad de las mujeres aunque yo lo considero una estupidez sobre todo cuando se cumplen 50 años y aparte de mantenerte guapa, atesoras lo más importante que cualquier persona desea: Ser guapa por dentro.
Ya sabes el enorme cariño que te tengo. Puedes sentirte orgullosa, pues para mi tanto tú como tu hermana sois ejemplos y modelos a seguir en muchas cosas. Aunque mucha «culpa» la tienen vuestros padres. Personas admirables como vosotras.
Un beso muy fuerte y Feliz cumple de tus primeros 50 años.
Te quiere, tu «cuñao» Salva
>Salva, como siempre delicado, emotivo, cariñoso, descriptivo… Pocas cuñadas podrán tener un post y una felicitación tan bonita.Felicidades a ella por los 50 años, y a tí por tus palabras.Un abrazo